Wil Sánchez, el nuevo primer técnico del Club Waterpolo Málaga, ha tomado ya las riendas del equipo de Primera Nacional, con una pretemporada muy bien planificada para coger tono de cara al gran reto de esta campaña. El waterpolo en Málaga ha luchado mucho por tener un equipo en la segunda categoría nacional de este deporte, y ahora toca consolidarlo. Los cambios oxigenan y, cuando todas las partes están de acuerdo, las ilusiones se multiplican.

Las primeras planificaciones para el próximo año apuntan a fijar como objetivo el lograr la permanencia de una forma algo más cómoda, quizás entre los seis primeros. Hay muchísimo que trabajar. Aunque trabajes con alguien mucho tiempo, las perspectivas son diferentes, el objetivo es estar más arriba; para ello hay que renovar la forma de entrenar, planificar, para trabajar más de cara a que los objetivos son mayores», comentó Wil Sánchez, el nuevo técnico del primer equipo.

Se producirán matices técnica, táctica y físicamente, «cambiando el rol del entreno, como algo esencial para avanzar en esta liga. Me encantan plantearme objetivos altos y planes de trabajo para ello, si en mi cabeza trabajo para estar entre los cuatro primeros, será más fácil que podamos lograrlo. También hay que ser realista, pero lo realista puede ser también aburrido», apuntó Sánchez.

Para el bloque de jugadores, somos un club de cantera, y debemos mantenernos con el bloque que hemos logrado, nutrirnos y algún retoque. De hecho, el malagueño Samu Ruiz, tras su paso por la División de Honor en el Natació Mataró catalán, vuelve a su tierra. El Club Waterpolo Málaga da un nuevo giro a su trayectoria, con la ilusión permanente de seguir integrando esta disciplina tan histórica en la ciudad, pero a su vez desconocida aún para muchos malagueños.