Samuel Ruiz González acaba de cumplir 17 años este mes de diciembre y es uno de esos ejemplos que, a veces, confirman que predicar en el desierto tiene sus frutos. El waterpolo en Málaga todavía es un gran desconocido; y lo era aún mucho más hace diez años, cuando se integró en esta disciplina tan exigente. Hoy, siendo tan joven, casi se dedica en exclusiva a su pasión y milita en el Club Natació Mataró de División de Honor, una de las mejores ligas del mundo.

Samuel conoció al Waterpolo Málaga en la temporada 2007-08, gracias a la afición a la natación de su madre y a que ésta estaba preparando unas pruebas físicas. En la piscina de la Universidad de Málaga conoció a Peter Kubicsko, que sabía que el proyecto de este deporte en la ciudad pasaba por crear cantera y afición, y los integró en la escuela del club. «Al principio, entrenábamos en una calle de una piscina, no estaba muy convencido, pero poco a poco me enganché», comenta Samuel. El hecho de que la madre viera tanta exigencia en tan poco espacio físico, 30 chicos entrenando en una calle, fue lo que le asombró enormemente y le apuntara.

«Tenía 7 años y lo pasé muy mal en los primeros entrenamientos. Me ponía a llorar y ella no me hablaba; únicamente me llevaba y me dejaba allí, hasta que llegó un día que yo mismo era el que le decía que me llevara. Peter me pidió entrenar más horas, los cinco días de la semana. Y ya encantado«, comentó Samuel sobre sus primeros años.

Al principio de integrarse en la dinámica del club, era complicado por haber pocos niños de su edad, pero los técnicos fueron atrevidos y pronto le hicieron debutar en Liga Andaluza, tras pasar por Marbella en categoría alevín e infantil. Hasta la temporada 15/16 continuó en el CDWP Málaga, jugando en el primer equipo con 13 años en Segunda Nacional; viviendo hasta tres fases de ascenso consecutivas.

Al principio de la última temporada, había un grupo juvenil que había ido a Campeonato de España realizando un buen papel; y a la vez, el entrenador del primer equipo le pedía que ya tomara más responsabilidades. «Empecé regular por una lesión en una uña y luego a simultanear en el juvenil y en el primer equipo. Y tenía dos bancos de pruebas para poder avanzar como jugador y goleador. Aprovechaba más minutos y empecé a sentirme importante».

La temporada acabó de nuevo en las puertas del ascenso, y el objetivo era sacar una buena posición en el Campeonato de España juvenil, con varias concentraciones y entrenamientos en Madrid y Cataluña. Incluso en Tolox, para buscar el aislamiento como los equipos de élite. «Aunque el resultado no fue muy bueno, en esos viajes empecé a probarme con clubes de fuera, como Mataró o Terrasa, pidiendo mis preparadores a otros técnicos que vieran a un jugador que nunca había estado en Cataluña». Y ahí comenzó una nueva etapa.

Finalmente se barajaron distintas opciones, incluso fuera de España. Peter y Beto (Albert Fernández) entrenador del primer equipo del Mataró, le hicieron una oferta que no podía rechazar y se subió a un tren que le está cambiando la vida. «Actualmente vivo en un piso con los fichajes que vienen de fuera, con internacionales de Brasil y Holanda en esta temporada y estudio en un instituto de Mataró».

Gracias a la dinámica de Alto Rendimiento, acude unas cuantas horas al Instituto y entrena por la mañana. «Almuerzo y estoy algo tranquilo antes del entrenamiento de la tarde».

Con una proyección enorme, ha pasado ya por la posición 1 (Lateral) y 2 (Extremo), marcando goles con frecuencia y disputando partidos en tres competiciones diferente, Regional juvenil, Filial y División de Honor. Para hacerse un jugador más completo juega también esta campaña de 4 (Lateral) y 5 (Extremo) en el lado izquierdo. El pasado ejercicio quedó cuarto en División de Honor, devolviendo al Mataró a Europa tras muchos años.

Samuel se define como un jugador completo, aunque trabaja para especializarse en algún aspecto, cumpliendo en todas las facetas del juego. El objetivo este año es clasificarse para Europa y hacer el mejor papel posible. En esta temporada han jugado la Eurocup, la segunda competición continental, y fueron apeados en la segunda fase.

«Me siento orgulloso de haber salido del club, lo tengo presente, yo he aprendido aquí, y el cariño que me tienen creo que nunca lo voy a tener. La organización del Nacional infantil, el equipo en Primera y la organización de la Liga Mundial son hechos que hacen que resuene Málaga en Cataluña y otros muchos sitios y el orgullo es aún mayor porque resuena por el waterpolo».

En los próximos objetivos, Mundial juvenil, Europeo júnior y seguir en el camino profesional, el waterpolo malagueño siempre será el que le marque el rumbo.