El Club Waterpolo Málaga Inacua ha vivido un duro fin de semana; con una doble jornada de lo más complicada, en la que en poco más de 24 horas han cosechado dos derrotas, muy ajustadas como siempre; y con un brillante juego que nunca pudo traducirse en buenos resultados.
Pero finalmente, acaban farolillo rojo; también por las victorias de otros rivales implicados, como el WP Castelló o el CN Poble Nou de Barcelona, y consumando un duro descenso a Segunda Nacional, la tercera categoría del waterpolo nacional.

En los dos últimos encuentros, el equipo de Peter Kubicsko mantuvo siempre la cara en los partidos; con duras fases ante el CN Montjuïc a domicilio (7-5 al final en un duelo con defensas de enorme nivel), y con una igualdad y remontadas épicas en los instantes finales del último choque ante Molins de Rei, disputado en Carranque este domingo, pero que tampoco pudo tener final feliz (10-11).

Con un equipo marcado por su juventud, siempre con jugadores por debajo de categoría sénior; y con una implicación inusual, el palo no deja de ser duro. Pero con la tranquilidad de que el proyecto no cambia, a pesar del cambio de categoría. La cantera va a seguir siendo prioritaria, independientemente de donde milite el primer equipo, y la hoja de ruta para los próximos años seguirá igual. Tocará remontar el vuelo, planificar el próximo ascenso y seguir trabajando por los más jóvenes del deporte y el waterpolo malagueño, para seguir soñando con metas más altas.